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El trasfondo del asesinato de dos jóvenes venezolanos en Colombia tras ser acusados de robo

Un reciente video que se hizo viral por mostrar a dos jóvenes venezolanos acusados de robo por un comerciante en Colombia y sus vecinos, marcó el inicio de un lamentable episodio que terminó con sus muertes.

Con disparos en la cabeza y un cartel en el cuello que decía “por ladrón”, ambos fueron hallados sin vida luego de que dos hombres los apuntaran con sus armas y los subieran a sus respectivas motos para llevárselos del lugar.

Uno de los testigos del hecho ocurrido en el municipio de Tibú, cerca de la frontera colombo-venezolana, comentó a BBC Mundo que a pesar de llamar a la policía en más de 12 ocasiones los oficiales no atendieron ni se presentaron.

Condena 

Mientras que desde Bogotá el Gobierno pidió mano dura a las autoridades para enfrentar al terrorismo, el régimen en Venezuela anunció varias querellas al país vecino ante cortes internacionales. Sin embargo, no es la primera vez que sucede algo similar.

Los medios locales replicaron la información de las autoridades neogranadinas que desestimaron que las víctimas tuviesen 12 y 15 años de edad, como se informó en días pasados.

Lo cierto es que que uno de ellos tenía 23 años y se llamaba Jackson Enrique Arriaga; la identidad del adolescente de 15 años no fue expuesta.

Ambos fueron grabados por el propietario del local en el que intentaron robarse varios pantalones, y en el material se los ve con expresiones inofensivas e ingenuas.

Escenario de crisis

Las autoridades detallaron que el menor de edad estaba en Colombia desde hace dos años y recolectaba en un cultivo de coca para ganarse la vida, luego conoció a Jackson y juntos empezaron la ejecución de pequeños robos como este.

Mientras que los medios cucuteños y venezolanos reseñaron que el cuerpo de Jackson Enrique Arriaga, padre de una niña, no ha podido ser reclamado por su familia, el cadáver del otro joven fue solicitado por familiares de origen indígena wayuu el martes.

La tía del adolescente de identidad desconocida describió la travesía del viaje de 10 horas en motocicleta por la frontera de su sobrino, a quien clasificó como un “juicioso” estudiante en Venezuela que fue a buscar trabajo en medio de la enfermedad de su madre.

Región neurálgica del narcotráfico

La pequeña comunidad de Tibú está compuesta por poco más de 15.000 habitantes y en su territorio convergen grupos armados locales y foráneos que luchan por el control territorial.

Aunado a ello, los cultivos ilegales, el contrabando y el novedoso reclutamiento de jóvenes venezolanos por parte de las bandas armadas sostienen un clima de inestabilidad institucional y política.

En su conversación con BBC Mundo, el comerciante del video explicó que la comunidad no quería que los jóvenes fueran linchados, sino más bien deseaban avergonzarlos como ya habían hecho en otras oportunidades antes de dárselos a las autoridades.

Esta práctica del escarnio público fue confirmada por el periodista especializado en el contexto fronterizo, Jhon Jairo Jácome, quien describió como “usual” que los delincuentes sean desnudados y golpeados con el objetivo de que se crea que es la única “justicia posible”.

“La policía no puede salir de su estación”

El doble homicidio fue atribuido a las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Sin embargo, los expertos sugieren que esto es un modus operandi típico del paramilitarismo.

“La policía no puede salir de su estación, viven escondidos, porque o hay francotiradores que les pueden disparar o las denuncias son en realidad señuelos para atacarlos; entonces ellos no salen, viven como presos, viven como parias”, informó el periodista Jácome.

“Para nadie es un secreto que la policía y el ejército tienen miedo”, coincidió el dueño del comercio.

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