El estado de California se convirtió hace unos días en la primera región de Estados Unidos en decretar una ley que ilegaliza el “stealthing”, una acción que se define como la extracción no consensuada de un preservativo durante el acto sexual.
La legislación, que fue promulgada por Gavin Newsom, gobernador demócrata, le otorga a las víctimas la capacidad de demandar a su pareja sexual por daños, aunque no pueden presentar cargos de carácter penal.
“Sigo pensando que esto debería estar en el código penal. Si se rompió el consentimiento, ¿no es esa la definición de violación o agresión sexual?”, dijo Cristina García, presentadora de la ley y miembro de la Asamblea Estatal de California.
With @AsmGarcia’s #AB453 signed, victims of stealthing will be able to take civil action against their perpetrators. By passing this bill, we are underlining the importance of consent.https://t.co/uxlorgewu4
— Office of the Governor of California (@CAgovernor) October 8, 2021
“Queríamos asegurarnos de que no solo sea inmoral, sino ilegal”, agregó la asambleísta, quien presentó en 2017 y 2018 un proyecto de ley para que este acto fuera un delito penal, pero no consiguió luz verde.
Hasta el momento esta ley solo enmienda el código civil, pero los analistas han detallado que el stealthing podría ser visto como un delito menor de agresión sexual.
Sin embargo, se afirma que la legislación, respaldada por el Proyecto Legal, Educativo y de Investigación de Proveedores de Servicios Eróticos (Esplerp), elimina las ambigüedades en las denuncias.
Wow, how incredible to see. pic.twitter.com/hreOa4JGQP
— Alexandra Brodsky (@azbrodsky) October 8, 2021
García resaltó que está persiguiendo que esta ley sea también aprobada en los demás estados del país: “estoy desafiando a otros legisladores estatales a seguirnos rápidamente. Un estado menos, quedan 49”. Los estados de Nueva York y Wisconsin ya rechazaron una ley parecida.
Una práctica común
Alexandra Brodsky, un abogada en derechos civiles, redactó un artículo de investigación en 2017 cuando era una estudiante en la Universidad de Yale que contiene varias entrevistas de víctimas del stealthing.
En el texto se encuentra que tanto hombres como mujeres no podían establecer las similitudes entre este acto y una agresión sexual, pese a que la mayoría afirmó que sufrió de violaciones en el pasado.
Asimismo, Brodsky encontró que las preocupaciones más comunes entre los sobrevivientes era un embarazo, infecciones sexuales y una sensación de traición y violación.
Thank you to @AsmGarcia for your leadership and dedication over the last four years.
— Alexandra Brodsky (@azbrodsky) October 8, 2021
Además de ello, cuando el Comité Judicial del Senado de California revisó el proyecto de ley, se informó que el stealthing es una práctica común.
Tal información es respaldada por la Biblioteca Nacional de Medicina, la cual detalló en 2019 que la remoción del condón sin consentimiento fue experimentado por el 12% de las mujeres en edades comprendidas entre los 21 y 30 años de edad.
Una de cada tres mujeres fueron víctimas de este acto, así como uno de cada cinco hombres, según un estudio de 2019 realizado por la Universidad de Monash, en Australia.
🚨#ATENCIÓN | El proyecto de ley firmado por el gobernador de California permitirá que las víctimas denuncien a su pareja por quitarse el condón sin su consentimiento. 🇺🇸 pic.twitter.com/NNc8ZEVvEB
— Miami Diario (@miami_diario) October 12, 2021
Pese a los casos encontrados, así como el hallazgo por parte de Brodsky de una página de Internet ahora extinta que enseñaba a los hombres a quitarse el condón, las medidas tomadas por los órganos legales son tardías.
Según los informes, el problema es el nivel de carga para “demostrar la intención”, algo que ahora se resuelve al permitir que las víctimas presenten su demanda y no dependan de un fiscal.
Trabajadoras sexuales
Maxine Doogan, directora y fundadora de la organización de defensa Proyecto Legal, Educativo y de Investigación de Proveedores de Servicios Eróticos (Esplerp), resaltó que el stealthing puede ocurrirle a cualquier persona.
Ella fue víctima de esta acción hace tres décadas cuando trabajaba como prostituta, lo que derivó en un embarazo y un posterior aborto.
Doogan declaró que ahora las trabajadoras sexuales podrán defenderse de sus clientes y que el sistema de justicia visibilizaría a estas personas, quienes son frecuentemente marginadas.
Por su parte, Brodsky dijo que el problema que sigue en la mesa es el escepticismo sobre las agresiones sexuales cuando se habla del stealthing, pues el pensamiento es que la remoción del condón ocurre cuando ya se cuenta con el permiso para tener relaciones sexuales.