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“Mentiras financiadas”: critican a los medios de EE UU que impulsaron el escándalo Trump-Rusia

Michael Sussmann, ex socio del bufete de abogados Perkins-Coie, alineado con los demócratas, está en el eje de la investigación del Asesor Especial del Departamento de Justicia de Estados Unidos, John Durham, encargado de llegar al fondo del presunto Russiagate.

Sussmann está acusado por mentir ante el Buró Federal de Investigación (FBI) y presentar presuntas pruebas que vinculan al expresidente Donald Trump con Rusia por medio del Alfa Bank, con sede en Moscú.

Una historia sin fundamentos y con mucha cobertura noticiosa fue desestimada por la unidad de investigación federal, la cual reveló que Alfa Bank no era parte de la Organización Trump sino de una empresa de marketing masivo vía correo electrónico.

“Aunque Sussmann solo enfrenta un cargo por declaración falsa, el documento de 27 páginas ofrece una amplia ventana a cómo comenzó la estafa de Russiagate y cómo los operativos demócratas y funcionarios lo alimentaron”, escribió el periodista progresista Aaron Maté.

¿Motivos políticos?

La motivación política es ahora esgrimida por los defensores de Sussmann, pero críticos de todos los ámbitos como Mollie Hemingway de The Federalist están de acuerdo con que la misma agitación de los medios corruptos los desacredita.

“Que se hayan otorgado premios, promociones y elogios por amplificar mentiras financiadas en secreto por la campaña de Hillary Clinton y armadas por burócratas gubernamentales politizados los desacredita aún más”, dijo a Fox News Digital.

“En un mundo justo, se arrepentirían, renunciarían al periodismo y colgarían las manos avergonzados”, añadió.

Un informe sin conclusión del medio Slate, publicado en el 2016 por Franklin Foer y titulado ¿Se estaba comunicando un servidor de Trump con Rusia?, fue presentado por Clinton como una prueba fidedigna de una presunta colusión Trump-Rusia a menos de 14 días para las elecciones presidenciales.

En su momento, Jake Sullivan, actual asesor de Seguridad Nacional del presidente Joe Biden y ex asesor de campaña de Clinton, aludió a una “línea directa secreta” como pieza fundamental del supuesto nexo entre Trump y el Kremlin.

En este sentido, Foer admitió hace poco que sobre él es de quien se habla en la acusación federal por el envío de 2.500 palabras del artículo a Fusión GPS, una firma de investigación, antes de su publicación.

Una infame cadena para sentar las bases del Russiagate incluye la participación de Marc Elias, abogado de campaña de Clinton que contrató a Fusión GPS, firma que a su vez contrató a Christopher Steele para que este hiciera público un expediente con información no verificada. 

Steele reconocería luego que Sussmann le suministró el relato de la supuesta conexión de Trump con Alfa Bank. Dichas acusaciones fueron de nuevo analizadas en 2018 por The New Yorker y el medio concluyó que no habían explicaciones inocuas para sus comunicaciones.

Foer alimentó la difamación de 2016 en el canal Msnbc, donde reconoció en el show All in with Chris Hayes que la historia estaba adelantada y que aún “no conocemos muchos de sus fundamentos”.

Por su parte, Natasha Bertrand, periodista de CNN, se sumó a la ola especulativa y entonces declaró: “¿qué más pruebas necesitas? Es muy, muy obvio”.

“Ahora se han quedado en silencio”

El sector liberal de los medios corporativos fue fulminado en un artículo del periodista Glenn Greenwald, quien dijo que la acusación contra Sussmann es un punto de quiebre con el “ala Russiagate” de Estados Unidos.

“La historia de cómo difundieron esta desinformación no solo involucra la criminalidad potencial descrita en esta acusación contra el abogado de Hillary pero, lo que es aún más grave, a unos medios podridos y profundamente corruptos”, redactó.

“Fueron Hillary y su equipo quienes habían fabricado el engaño, luego fingieron que, como todos los demás, estaban enterándose de que era cierto, porque un medio de comunicación al que habían enviado la historia falsa acababa de publicarlo”, añadió.

Por su parte, Aaron Maté escribió: “como era de esperar, las mismas voces de los medios que repitieron como loros la historia de Alfa Bank y otras innumerables fantasías de Rusia a lo largo de la era Trump ahora se han quedado en silencio”.

Por otro lado, la acusación contra Sussmann fue tildada de “débil” por la analista Bárbara McQuade de Msnbc, a la vez que David Corn, de Mother Jones, dijo que el gran timo es el de “Trump y sus secuaces” para hacer ver que se trata de algo elaborado por los demócratas del estado profundo.

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