Tras varios días “desaparecida en acción”, la vicepresidenta Kamala Harris respondió con risas estrepitosas, una característica de su nerviosismo, cuando los reporteros le preguntaron sobre la actual situación en Afganistán.
Harris no había dado una declaración desde que los Talibanes tomaron Afganistán, y en esta rueda de prensa, ante los periodistas, ella contestó: “esperen, esperen, todos más despacio”.
“Jajaja. Uhm, quiero hablar de dos cosas, primero, Afganistán, no podríamos tener una prioridad más alta en este momento”, agregó posteriormente en medio de risas.
“Y, en particular, la alta prioridad es asegurarnos de que evacuemos de manera segura a los ciudadanos estadounidenses, los afganos que trabajaron con nosotros, los afganos en riesgo, incluidas las mujeres y los niños”, prosiguió.
La vicepresidenta aseguró que esta es la más alta prioridad de la administración demócrata. “Es una gran área de enfoque para mí en los últimos días y semanas, y seguirá siéndolo”, dijo.
Luego interrumpió a un reportero que le estaba haciendo una pregunta: “¿cuál es su respuesta a los informes de que los estadounidenses… ?”. Harris no respondió.
En una rueda de prensa este lunes en Singapur, donde Kamala Harris está de vacaciones desde el sábado, afirmó que “Estados Unidos es un líder mundial” y que ella fue “la última persona en la sala” cuando Biden decidió retirar a las tropas estadounidenses de Afganistán.
La risa nerviosa de Harris para responder las preguntas de los periodistas es una reacción también recurrente en el presidente Joe Biden, quien un día antes reaccionó de igual forma ante el mismo tema.
Puede ser una risa nerviosa, o quizás una forma de restarle importancia o es cinismo básico. Lo cierto es que la manera en que la administración Biden maneja a los medios se ha basado en ridiculizar la necesidad de comunicar o responder a la prensa.
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