De acuerdo con una advertencia de Marco Rubio, senador republicano por el estado de Florida, China convirtió el “deseo corporativo de lucro” de Estados Unidos en un arma contra sí mismo.
“Las corporaciones estadounidenses están tan desesperadas por tener acceso al mercado chino que liderarán costosos boicots en un estado estadounidense que apruebe una ley que no les gusta”, dijo Rubio.
“Las empresas estadounidenses en realidad han despedido a los estadounidenses que viven en EE UU por decir o escribir algo que a China no le gusta”, agregó en una audiencia del Comité de Inteligencia del Senado.
Asimismo, dijo que hay que “despertar” y darse cuenta de que la empresa estadounidense está siendo dependiente del Partido Comunista Chino (PCCh).
Según Rubio, además de los despidos también se ha visto que las compañías han eliminado ropa de las tiendas y prescindido de relaciones con otras empresas debido al PCCh.
“El brazo largo de China no es una amenaza futurista, ya está aquí. China está robando entre $300 y $600 mil millones al año de tecnología y propiedad intelectual estadounidenses”, denunció.
Estamos ante la “mayor transferencia ilegal de riqueza de una nación a otra en la historia de la humanidad”, continuó.
Amenaza china
En su declaración, el senador republicano dijo que la influencia del PCCh en EE UU ya arropa a varios sectores, desde la industria del cine en Hollywood hasta las políticas industriales e investigación universitaria.
“Tiene más control sobre lo que los estadounidenses pueden decir, lo que podemos escuchar, lo que podemos leer, lo que podemos ver, del que cualquier gobierno extranjero haya tenido en nuestra historia”, señaló.
De acuerdo con lo dicho por Marco Rubio, así como otros legisladores del Comité de Inteligencia del Senado, ni los ciudadanos de China ni los estadounidenses de origen chino están involucrados en las preocupaciones sobre el PCCh.
Medidas anti PCCh
El miércoles, Rubio presentó dos proyectos de ley para que se le prohíba a los bancos de EE UU la emisión de préstamos a proyectos que se encuentren bajo la gestión china.
A nivel presidencial, el exmandatario Donald Trump ya se había encargado de limitar o contrarrestar las acciones del país asiático al restringir las maniobras de las empresas chinas en EE UU.
Asimismo, volvió a negociar varios acuerdos comerciales y logró que se les prohibiera hacer negocios en territorio estadounidense a las empresas de telecomunicaciones que se pensaba que estaban realizando “actividades malignas”.
Según Fox News, la nueva administración demócrata “acusó al gobierno chino de estar involucrado directamente en un ataque al software del servidor de correo electrónico Exchange de Microsoft el mes pasado”.
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