Un informe de Fox News señaló que el jet privado de la familia de John Kerry, ex secretario de Estado de Estados Unidos y demócrata, realizó 16 vuelos en lo que va de año.
La polémica sobre este asunto reside en que Kerry también es el enviado especial del presidente Joe Biden para el clima, con el objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Sin embargo, con esta información se coloca en duda la verdadera contribución que está realizando Kerry y su familia, sobre todo con informes reveladores sobre la huella de carbono de estas aeronaves.
“Aunque la cantidad de combustible quemado y, por lo tanto, el CO2 emitido es mucho menor que en un avión comercial, en términos generales, habrá muchas menos personas a bordo”, explicó el medio Independent.
“Por lo tanto, los vuelos privados son considerablemente menos eficientes y la huella de carbono personal de los pasajeros que eligen viajar de esta manera es mucho mayor”, añadió.
El texto citó estimaciones que arrojaron que un jet privado puede provocar 10 veces la cantidad de carbono por pasajero, aunque es una cifra que puede variar según el modelo y marca del jet, así como la duración del viaje y número de personas a bordo.
“Según la Administración de Información Energética de EE UU, el combustible para aviones produce 9,57 kg de CO2 por galón quemado”, reseñó Independent.
Línea discursiva de Kerry
Fox News reseñó que una gran cantidad de los vuelos realizados por el jet familiar fueron realizados dentro del estado de Massachusetts.
Entre los viajes estuvieron incluidos “Martha’s Vineyard y el Aeropuerto Internacional de Boston. Se realizaron al menos dos vuelos entre Massachusetts y Nueva Jersey”.
Ante todo esto, el portavoz del ex secretario de Estado demócrata declaró que Kerry es una persona que “viaja comercialmente o por vía aérea militar en su papel de enviado presidencial especial para el clima”.
Esta no es la primera vez que John Kerry demuestra su hipocresía, ya que en 2019 tomó un vuelo en un jet privado hasta Islandia, país en el que le esperaba un premio por el cambio climático.
En ese entonces, su decisión de trasladarse en esa aeronave fue cuestionada, y el político respondió que “si compensa su carbono, los jets son la única opción para alguien como yo que viaja por el mundo para ganar esta batalla”.
Esa respuesta contradice sus denuncias del mes pasado: “la crisis climática es la prueba de nuestro propio tiempo y, aunque para algunos puede estar desarrollándose a cámara lenta, esta prueba es tan aguda y existencial como cualquier anterior. El tiempo se acaba”.
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