130 naciones de las 139 que componen la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) alcanzaron un acuerdo para establecer un nuevo impuesto mínimo global de 15% a las multinacionales, sin importar donde actúen.
El anuncio del tentativo acuerdo, que busca lograr una reforma del sistema tributario en todo el planeta, fue anunciado el jueves pasado por Janet Yellen, secretaria del Tesoro de Estados Unidos.
Sin embargo, naciones del viejo continente como Estonia, Hungría e Irlanda, pueden complicar la adopción de la nueva tasa impositiva en la Unión Europea debido a que no están de acuerdo con la medida.
Los otros países en desacuerdo son: Perú, San Vicente y las Granadinas, Barbados, Sri Lanka, Kenia y Nigeria.
Postura de la Comisión Europea
La postura de la Comisión Europea fue resaltar su confianza ante las venideras negociaciones durante los próximos meses, y que los demás Estados miembros de la UE firmen el acuerdo y sea una decisión unánime.
Irlanda, un país con una tasa corporativa del 12,5%, confirmó a través del ministro de Finanzas, Paschal Donohoe, su disposición a continuar las negociaciones, a diferencia de los funcionarios estonios que aún no están listos para ofrecer su pleno respaldo.
Por su parte, Hungría, con una tasa impositiva actual a las corporaciones del 9%, se mostró reacia al acuerdo por considerarlo “demasiado alto”, según dijo el ministro de Finanzas, Mihaly Varga.
Objetivos de la medida
Entre los objetivos de la medida está la eliminación de los paraísos fiscales, así como más ingresos fiscales para los países pequeños obtenidos de las grandes empresas.
De acuerdo con el Departamento del Tesoro, a EE UU le cuestan todos los años decenas de miles de millones de dólares las estrategias de las grandes corporaciones para proteger sus ingresos y ganancias en lugares con impuestos ínfimos como Bermudas, acciones típicas y evasivas.
Una organización que ha intentado mitigar estas estrategias corporativas desde hace varios años es la propia OCDE.
Con la posibilidad de que cada país pueda imponer su propia tasa impositiva corporativa local, el impuesto mínimo global de 15% se impondrá a las ganancias extranjeras de las compañías.
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